Economía en tiempos de guerra

Subida de precios generalizados debido a la guerra de Rusia contra Ucrania

La duración del conflicto macará el devenir económico a corto, medio y largo plazo

En una guerra nunca hay vencedores, tampoco los hay en cuanto a economía se refiere. El ataque de Rusia a Ucrania,inaugura una etapa de incertidumbre en la que se espera una intensa volatilidad en los mercados y consecuencias económicas aún imprevisibles tanto para el gigante ruso como para Occidente. También para España.

 

La duración del conflicto, los actos de guerra que  se lleven a cabo y las sanciones que se prevén por parte de la Unión Europea y Estados Unidos marcarán el devenir económico a corto, medio y largo plazo.

 

Desde finales de 2021, el gobierno estadounidense venía avisando de las intenciones de Putin de ocupar Ucrania. Una tensión que se viene dando desde que en 2014 diversos territorios del este de Ucrania fueran reconocidos como propios por Rusia. 

 

El problema del gas natural:

El conflicto de la OTAN con Rusia puede generar una gran crisis energética mundial en la que España se verá evidentemente afectada. Europa recibe el 40% ciento del suministro de este combustible de los gasoductos controlados por el Kremlin. No existen alternativas que puedan suplir este abastecimiento si Rusia decide cortar el grifo.

 

En España, el 10% del gas que se utiliza en el territorio proviene de Rusia. En volumen ocuparía el quinto puesto por detrás de Argelia (que provee el 35%), Estados Unidos (el 21,5%), Francia (el 12 %) y Nigeria (el 11,5%). Por este motivo no se vivirían problemas de abastecimiento.

 

 

La situación de las importaciones y exportaciones con Ucrania y Rusia: 

Ucrania ocupa el puesto número 38 en el ranking de naciones importadoras de productos a España. El valor total de las importaciones en 2021 alcanzó 1.283,53 millones de euros según lo indicado por el ICEX, lo que supone un 0,70% del total.

 

Una de las principales importaciones que recibe España de este país son los cereales (383,4 millones de euros). Según la Asociación de Comercio de Cereal y Oleoginosas, España adquirió 4,6 millones de toneladas de cereales procedentes de Ucrania en 2021, siendo el principal comprador de Europa.

 

En concreto, la mitad del maíz que se usa en nuestro país tiene su origen en Ucrania. ¿Qué pasa si se corta este suministro de esta materia prima básica o simplemente escasea? Los precios de los productos elaborados con este ingrediente subirían.

 

 

Qué pasa con las empresas españolas con relaciones con Ucrania y Rusia:

En el sector empresarial la situación más difícil es para las 30 empresas españolas registradas en La Oficina Económica y Comercial de España en Ucrania y para las 131 en Rusia (según lo indicado por el Instituto Español de Comercio, ICEX).

 

Se encuentran empresas de todos los sectores. En esta situación se encuentran empresas tan conocidas como Tous, Lladró o Inditex. La firma española de Amancio Ortega tiene en Ucrania 527 tiendas y sería la más afectada si el conflicto se enquista, ya que se agravaría la crisis económica en el país y, por lo tanto, disminuiría el consumo.

 

Además de ellas, hasta 15.000 empresas españolas mantienen relaciones comerciales con Ucrania o Rusia. Llegando a representar un volumen de facturación que alcanza los 11.300 millones de euros y que ahora se encuentra en una situación de incertidumbre.

 

Un sector que se verá especialmente afectado será el del turismo. En España llegaron un total de 1,3 millones de turistas rusos en 2019. Es un visitante muy deseado por el sector, ya no por el número de personas que nos visitan sino por el gasto que realizan. Alrededor de una media de 172 euros al día por persona en ese año. España es uno de los destinos favoritos elegido casi por el 60 por ciento de los viajeros rusos.

 

CONCLUSIONES: 

Seguramente las economías de los hogares se verán mermadas y la capacidad adquisitiva también. El consumo privado será mucho más reducido.

 

Esto también provocará un efecto en cadena en la que las exportaciones a otros países (como Alemania) afectados por el conflicto se verán reducidas. Es decir, la demanda tanto interna como externa se verán disminuidas. Todo esto hará bastante más difícil la tan deseada y necesaria recuperación económica generada con motivo de la pandemia.

 

Todo ello llevará a los Bancos Centrales a desarrollar políticas más estrictas que frenen el crecimiento. Se produciría una subida de los tipos de interés que es especialmente perjudicial para países como España que cuentan con más deuda pública sobre el PIB.

 

Un conflicto prolongado en el tiempo puede ser muy pernicioso para la economía española. Las previsiones de crecimiento no sólo se verían frenadas, sino que además empeorarían a no ser que la UE sirva, de nuevo, como balón de oxígeno para nuestras cuentas.